Si no denuncias, no te creen.
Si denuncias, no te creen.
Si no te defiendes, no te creen.
Si te lías a ostias, no te creen.
.
Si te desnudaste, no te creen.
Si llevas ropa sexy, no te creen.
Si llevas tejanos, no te creen.
Te vistas como te vistas, no te creen.
.
Si sientes odio, no te creen.
Si estás feliz, no te creen.
Si estás en shock, no te creen.
Si estás normal, no te creen.
.
Si le conoces, no te creen.
Si no le conoces, no te creen.
Si estabas sola, no te creen.
Si había multitudes: no te creen.
.
Y es que el machismo no da valor a la palabra de las mujeres.
Hay que vencerlo – vamos a vencerlo – hasta en lo sutil:
el valor de nuestra voz,
que es valor de vivencia, valor de vida.
.
Con un #YoSíTeCreo,
yo-nosotras-tantas,
tan poderoso estruendo de voces,
que hace imposible – extrema evidencia –
imposible;
no ver, oír, entender,
creer.